lunes, 13 de junio de 2011

La energía eólica y energía de la biomasa

La energía eólica se basa en la energía potencial que poseen las corrientes de viento. Esa energía potencial es captada por las aspas de los generadores eólicos, y es transformada en energía eléctrica en los alternadores que hay en el interior de esos generadores. Las mejores zonas para la implantación de torres eólicas son las regiones costeras y las grandes estepas, donde vientos constantes soplan regularmente. Es necesaria una velocidad media del viento superior a 30 km/h para que una turbina eólica funcione con eficiencia. Además los aerogeneradores se pueden montar y desmontar sin apenas dejar huella en la naturaleza.
La energía eólica presenta diversas ventajas, entre las cuales está la de no depender de combustible alguno para operar, sus emisiones casi nulas, y el hecho de ser una tecnología muy desarrollada y probada. También presenta un coste bajo de mantenimiento y explotación y requiere de relativamente poco espacio para ser instalada (en comparación)

Entre sus problemas, se puede destacar su elevado coste. La energía eólica también tiene un elevado impacto visual y sonoro, y un discutido impacto medioambiental (como por ejemplo el desplazamiento de los recorridos de aves migratorias). El problema más importante de la energía eólica es su difícil gestión dentro de un sistema eléctrico. La energía eólica es una energía poco constante, dependiente de vientos a menudo muy variables, de manera que no se puede depender de ella para generar electricidad en momentos de alta demanda eléctrica. Es por ello que la eólica solo puede suponer un porcentaje limitado (en el entorno del 20%) de la generación eléctrica, a riesgo de tener un sistema eléctrico inestable, donde la falta de viento un día concreto provoque apagones generalizados.
La energía eólica puede funcionar para generar electricidad y para bombear agua de pozos subterráneos.


La energía de la biomasa es un tipo de energía renovable procedente del aprovechamiento de la materia orgánica e inorgánica formada en algún proceso biológico o mecánico, generalmente, de las sustancias que constituyen los seres vivos (plantas, ser humano, animales, entre otros), o sus restos y residuos. El aprovechamiento de la energía de la biomasa se hace directamente (por ejemplo, por combustión), o por transformación en otras sustancias que pueden ser aprovechadas más tarde como combustibles o alimentos.


No se considera como energía de la biomasa, aunque podría incluirse en un sentido amplio, la energía contenida en los alimentos suministrados a animales y personas, la cual es convertida en energía en estos organismos en un porcentaje elevado, en el proceso de la respiración celular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario